La higroscopicidad de la madera es el término que hace referencia al intercambio de la humedad con el ambiente que le rodea. De esta forma a cada estado ambiental (temperatura y humedad relativa del aire) le corresponde un grado de humedad de la madera, llamado humedad de equilibrio higroscópico.
La madera deberá tener la humedad lo más parecida a la humedad de equilibrio higroscópico correspondiente a las condiciones higrotérmicas de servicio, siempre que el proceso de fabricación lo permita. De esta manera de reducen los movimientos que podría tener a causa de la variación de su grado de humedad. De forma orientativa, se expresan los contenidos de humedad aconsejables según la utilización:
- En obras hidráulicas: 30 %
- En medios muy húmedos: 25 – 30 %
- Expuestas a la humedad (no cubiertas): 18 – 25 %
- Obras cubiertas pero abiertas: 16 – 20 %
- Obras cubiertas y cerradas: 13 – 17 %
- En local cerrado y con calefacción: 12 – 14 %
- En local con calefacción continua: 10 – 12 %
El correcto contenido de humedad de la madera colocada al exterior es la piedra angular de su durabilidad. Variaciones del contenido de humedad de la madera superiores al 2 % producen cambios dimensionales que pueden llegar a afectar a uniones, juntas, etc.
Como ya sabemos, al no haber agua en estado líquido, el contenido de humedad de la madera tenderá al equilibrio y este equilibrio dependerá de la climatología de la zona geográfica.
Si quieres saber qué valores se han de contemplar, existen tablas oficiales en las que poder consultar la humedad y la temperatura de una zona (Anexo F del DB-SEM del CTE). De forma genérica se puede decir que, en la zona de interior, existen grandes variaciones entre verano e invierno, mientras que en las zonas costeras tanto la humedad relativa como a la temperatura del aire son más homogéneas durante todo el año.
Articulo publicado en Actualidad Maderea,
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